Manuscritos, libros, fotografías, afiches, películas, documentos, revistas y diarios son algunos de los materiales que tiene bajo su tutela el Archivo del Instituto de Investigaciones en Arte y Cultura Dr. Norberto Griffa (IIAC) de la Universidad Nacional de Tres de Febrero (Untref). Se trata de un catálogo online con más de 20 mil títulos bibliográficos y 15 mil documentos de archivo que se lanzó esta semana. Poetas como Susana Thénon, cineastas como Albertina Carri, fotógrafas como Annemerie Heinrich y artistas como Gyula Kosice son algunos de los que, de una u otra forma, integran este archivo, que tiene como objetivo “la guarda, catalogación y difusión de sus fondos y aspira a convertirse en una herramienta privilegiada para los investigadores”, según se explicó.
“La intención es ocupar un espacio de vacancia entre los proyectos académicos y la comunidad. El IIAC surge en la búsqueda por integrar la investigación artística y las ciencias sociales”, explicó Diana Wechsler, directora del Instituto, quien aseguró que además de darle valor al archivo y de brindar facilidad de acceso a los materiales, se está en contacto con los archivos del Museo Reina Sofía y la Biblioteca Británica para que la visibilidad de los documentos sea mayor. Para Paula Hrycyk, secretaria académica del IIAC, este archivo “es de gran ayuda para los investigadores, que saben lo que es ir a sacar fotos a archivos. Nos llevó cuatro años de trabajo, porque queríamos digitalizar la mayor cantidad de material”.
El catálogo, que puede verse online a través de la página web de Untref, cuenta con materiales de Alberto Collazo, Galería Lirolay, Juan Carlos Romero, Juan Pablo Renzi, Daniel Merle, Miguel Ángel Lens, Rafael Squirru, Alberto Nigro, Daniel Link y Pascal-Emmanuel Gallet. A ellos se suman la Colección del Museo de la Inmigración-Muntref y la Colección Rubén Darío.
“Trabajamos desde 2014 con un archivo de colecciones personales y un equipo multidisciplinario de especialistas en conservación, fotografía, letras y archivo”, describe Martín Paz, coordinador del Archivo IIAC, y suma: “Edgardo Cozarinsky, por ejemplo, fue uno de los primeros en donar una biblioteca de publicaciones periódicas, revistas académicas y libros; mientras que otros donaron papeles”. En la mayoría de los casos, las donaciones son realizadas por familiares o amigos de los artistas. En el caso de Gyula Kosice, se hizo un convenio con el nieto para digitalizar todos los documentos en papel y que el Instituto se quede con una copia digital.
De acceso gratuito, cualquiera de estos materiales (salvo que el donante haya pedido por algún motivo que no sea de acceso público), puede verse físicamente en la sede del Archivo (en Suipacha 925, con cita previa por mail) o de manera digital, en la mayor parte de los casos (9 mil de los 15 mil ya están digitalizados).
Para este archivo, la consulta debe ser con fines académicos y no comerciales o editoriales: “Muchos de los documentos están a mitad de camino entre papeles de archivo y obra. Un artista que trabajaba como diseñador gráfico y tiene una carpeta de diseños, de páginas de una revista, tiene una obra con valor en el mercado del arte, tiene derechos comerciales. Sucede con las fotos de Annemarie Heinrich: sus hijos siguen teniendo el estudio y siguen trabajando como fotógrafos, es decir, son fotos con un valor comercial. Si alguien las quiere para una publicación, lo derivamos a los tenedores de los derechos de propiedad intelectual”, explica Paz sobre los recaudos de esta institución. Es por eso que muchas imágenes de los archivos digitales tienen como marca de seguridad una etiqueta o una resolución que no permita una impresión para ser comercializada.
Todos los archivos son de gran riqueza, porque documentan las obras de estos artistas. “De Susana Thénon tenemos la casi totalidad de los manuscritos de su obra. Albertina Carri donó no sólo la documentación de su obra, sino también los objetos de sus películas, escenografía, claqueta, muñecos”, especifica Paz. De Kosice hay una copia digital (que aún no está online) de cientos de fotografías con personalidades, de su correspondencia privada, de películas.
“Como son fondos personales, cada uno tiene un perfil muy diferente. El fondo de Rafael Squirru, sobre el que todavía estamos trabajando, es muy importante, tiene cientos de cartas con personalidades, porque, como fundador del Museo de Arte Moderno, tenía una red de contactos dentro del campo cultural enorme. Con Miguel Ángel Lens, que fue poeta y activista por los derechos de la minoría gay a fines de los 70 y 80, encontramos una obra plástica que era prácticamente desconocida y que a partir de que la digitalizamos y subimos a la web, empezó a ser valorada por críticos y artistas. Lo mismo sucedió con Heinrich: en general se conocen sus retratos, cuando también hay otro tipo de imágenes. De Galería Lirolay están todos los afiches y de Juan Carlos Romero hay una colección de más de dos mil afiches políticos, internacionales y artísticos, que son una rareza y son maravillosos”, completa Paz.
Fuente: clarín.com